20110405

Fergus a muerto

Fergus a muerto _esto es lo que ha quedado de él_

Los brazos de Fergus estaban atados con alambres que le cercenaban las muñecas a cada golpe de corriente que le daban, sus ojos hinchados eran testigos de los duros golpes que habían residido. Su muerte debió llegar hacer muchas horas, pero su simbiótico lo mantiene vivo aun. Su carrazón ya no palpita sin que más bien estornudara cada medio centenar de segundos. Reventado por los altos voltajes a los que fue sometido, sus oídos reventaron en sangre, y ya el frio y la corriente le tenían pústulas en las gallas, testificando el extenso tiempo al cual habría sido sometido a torturas. Ya sus piernas temblorosas y flageladas con sus labios sellados y de su nariz jamás había brotado tanta sangre, era una manantial de ella. Es mas, su estado mental nunca había ido tan lejos, era un delirante estado de dolor y de agonía. Tan solo el simbionte que llevaba en su pecho le mantuvo así, aunque entre mas tiempo llevaba con él, el dolor que sentía se apagaba, quizás por las demenciales torturas o por un grado de asimilación con el simbionte que seguramente este implantando emociones del huésped anterior.

- Mientras Fergus reía, en el interior de sus captores aludían a su pasión por vivir, ordenaron córtale los parpados para qué este pudiera ver todas las atrocidades a las que seria sometido. Sus dos brazos atados a las tuberías de ácidos, portaban en ella temperaturas superiores a los mil grados centígrados, además su cuerpo empapado en su sudor y sometido a frías aguas y corriente eléctrica, mantuvieron al simbiótico alerta, para este momento. Tan el simbionte como el mismo Fergus sufrían, pero ambos por razones completamente diferente, el simbionte queriendo ser el hombre, doblega la conciencia de Fergus, en cuanto el dolor le fue insostenible para el muchacho, en ese instante Fergus dejaría de ser el mismo y el simbionte ocuparía el cuerpo como si fuera suyo.

- Bien muchacho, te dejaremos libre <>, veo que jamás habrás visto una de estas. Es como sus ORV pero más grandes y dolorosas, esto te lo prometo que será lo último que sientas antes de darle tu carne de comer a mis hombres. Acercándose a él, el torturado susurro al oído de Fergus, tendido en sus manos cercenadas, sujetas solo por el hueso, un par de músculos y uno que otro tendón débilmente sujeto ala muñeca. Ocupando el Tar[1] para desagarrar junto a la piel del hombre su simbiótico, utilizado por los rebeldes como pasaporte para llegar a la nave y poderla invadir.

El cuerpo del muchacho dejo de respirar por un momento, el Tar se incrusto en su pecho del muchacho, en su mente todo se oscureció, y para mejor el simbionte le intentaba decir algo, que para él era completamente imposible comprender. Luego se traslado al desierto, vio sus manos pero no correspondían a las de el. Camino entonces y vio una bruma, y una Agente que avanzaba desde la estratosfera se sintió el zumbido de su descenso. Se poso frente a mis ojos y me por primera vez veía a un Kurilintrabo, no tengo palabras para describir todo lo que emana esa sensación de poder frete a mi, pero claramente no me habla a mi, es al quien portaba este simbionte antes que yo. No dijo mucho, pero al parecer me indicaría una coordenadas, extiende su brazo me tapa los ojos y cuando los retira, estoy sentado frete a él, su rostro aparenta al de hombre de avanzada edad, murmura cosas que no concibo entender, una mujer se acerca a él y su rostro cobra vigor inclusive se ve mas alto. Sus ojos se oscurecen junto a su cabello. Una mujer me toma del brazo y me lleva a una habitación, tengo sexo con ella mientras creo que introduce cosas en mi cuerpo, veo que estos no son claramente mis recuerdos. Estoy adquiriendo los recuerdos de este viajero. O quizás solo sea una manía de estos tipos, algo de todo esto me parece familiar, peor no logro descubrir que es. Quizás sean su vestimentas o el bar – Fergus sacude su cuerpo, y por primera vez entra a las dependencias de Kurilintraba, una voz le pregunta su nombre, no logra ver nada pues una luz enceguece y lo aturde, intenta mover sus piernas o alguna parte de su cuerpo pera nada responde, pareciera que esta desprovisto de su cuerpo. En un instante todo queda en silencio y solo escucha que desde lejos resuena una voz que atraviesa las paredes, una voz que dice; Jo… – sacudiendo su cuerpo abrió sus ojos y vio a su quedo amigo que lo sostenía en sus brazos, solo por un instante, luego sacudió la cabeza y vio a sus captores rendidos a sus pies, destrozados y consiente de su poder. Vio entre la luz que titilaba sobre el reflejo de la sangre del piso, que su cuerpo ya no era el de él, que su cuerpo llevaba el simbionte de una tipo, que no sabe quien es. Pero se puede transformas a voluntad en un criatura mitológica, esto parecía ser una especie de dragón o de una serpiente muy grande que vomita asido. El muchacho escupió una muchacho y por el agujero que logro hacer escapo del lugar.



[1] Tar, es la replicación de los mutilados de guerra del orv impositor de los miembros del consejo de Kurilintraba. Su forma era muy peculiar, aunque su utilidad era la mima, extraer y dar muerte del huésped tras la amputación del simbiótico.

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