20110405

¿Como hacer?

¿Como hacer?

No podría llegar de sorpresa a Kurilintraba, si me ve un miembro del consejo me aniquilaran, y si me topo con algún kurilintrabo de mi rango sabrá que tengo planeado hace. Necesitaba hablar con alguien que entendiera mi locura y para eso solo había un lugar en donde podría encontrar alguien de esa magnitud, llegar no sería fácil, pero ese no era el problema. Como podría localizarlo en estas dependencias, recuerdo que le conocí hace ya mucho tiempo atrás, y después de eso solo recuerdo que dijeron que había quedado demente y lleno de secretos en su cabeza, por eso no habían logrado matarle aun. Así que fui a ver al loco del pasillo 97 mientras pensaba cómo contarles todo, o como preguntarle de todo de sus viajes. Caminaba por los pasillos escribiendo mis inquietudes, materialice unos pergaminos y fue escribiendo en ellos mis ideas, así no tendría que pensar en ellas hasta el momento que deba ejecutarlas, si leen mi simbionte verán que leo algo y no lo entenderán como mis ideas.

El loco John Ass, fue como le conocí tiempo atrás, uno de esos tipos que no puedes olvidar con facilidad. Nunca tuvimos nada que ver el uno y el otro, peor estuvimos varias épocas trabajando en misiones alternas y nuestros simbiontes se localizaron varias veces. No se como lo reconoceré pero tengo la ideas que nuestros simbiontes sabrán quien será. Las puertas de “el pabellón 97” eran como las membranas en las cuales dormíamos como sacos, eran sensibles a los estímulos de nuestros simbiontes. El pabellón guardaba vestigios de eras anteriores, y metales en estados plásmidos, como una gelatina de minerales. Aun llevaba puesto mi traje espacial, debía entrar y salir con el Loco Ass de ese lugar lo más rápido posible. Todo iba bien, localice al tipo a un par de cuadras de donde estaba, comencé a acércame pensando y cualquier cosa menos en llevármelo, hasta que pensé en el apodo por el cual lo conocería en las sabana Africana en el 1785, el maldito creía que matar simios era un deporte, y contrato una turba de maleantes en el Cairo y los llevo a saquear Timbundu, contrato y compro armas y se fue de casería, luego mato a todo su grupo de caza y se alimento de sus cuerpos. El simbionte de este lo usaba como muchos de los nuestros en la tierra, eran malditos camaleones, podían ser lo que se les ocurriera. Alimentado por el esoterismos de los simios, solía transfórmense en criaturas míticas para pedir su sangre o en bestias milenarias para ver como los simios se morían me miedo intentando darle muerte.

Cuando me sintió llegar, vi que llevaba guardo una winstone de 45 mm en sus tripas por más tiempo del qué yo llevaba en la nave con vida. EL loco no soporto la idea de llevarlo de vuelta o de quedarse eternamente castrado en esa posición. El loco estaba completamente cesado y era objeto de investigación y de entrenamiento de los miembros del consejo que se preparaban para ser Agentes, acepaban a este y otros como conejillos de indias, y les torturaban una y otra vez, para que jamás entendieran donde estaban en realidad. Entonces no fue esta que yo llegue a ese lugar y que reconocería a este por su verdadero nombre en el tercer planeta, al pronunciarlo libere su conciencia, tomo su cuerpo voluntad y golpeo su vientre tan fuerte que libero sus intestinos por medio de una cavidad que provocó cuando introdujese su puño para retirar una winstone podre asegurar que nunca estuvo realmente en ese lugar, solo la materializo por décadas en un lugar en donde nadie buscaría. Y a pesar que su pensamiento de quitarse la vida fue tan grande que con la rapidez que ejerció dicho acto que ningún miembro del consejo llegaría a tiempo. Yo en cambio estaba frente a él cuando ejecuto dicho acto, la punto 45 entro por el frente y arranco el simbionte de raíz de su cabeza, la igual que mi compañero de trabajo a este tampoco logre verles ojos o nariz, o algún rasgo humano en ellos.

La muerte del loco me dio tiempo para escapar y llegar a Kurilintraba desde el pabellón 97 en la orbita del planeta, ahora bien debía buscar mi expediente y saber en que época debo llegar a la tierra. Sin saberlo, la muerte de un hombre completamente desconocido, nos liberaría a ambos.

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