20110405

Deception

Deception

La tierra ya con su luna destruida, con grupos nativos conquistando y vigilando la amenaza reinante, la segunda era del caos completo su siclo de conquista creando un área solar en la cual el centro (la tierra) estaría custodiada por las fuertes y constantes almas de sus creaciones y de algunos de los mejores hombres de las ciencias y la milicia, los cuales sin preguntar ni reclamar obedecieron por siglos parados a la deriva circundando el universo, viviendo en bases espaciales sin nunca poder ver ninguna amenaza. Ya para la celebración del año 150 de la segunda era se decidió deponer las armas y la amenaza se dio por acabada la misión de protección habría concluido, volverían a casa dejando una reducida tripulación en cada uno de los fuertes y centros de comandancia del espacio. Aun los sectores disidentes del área ingenieril seguirían extrayendo y construyendo atmosfera con polución en la superficie marciana. Siglos de protección habrían acabado y la amenaza una vez más solo estuvo en las mentes de los hombres por tanto tiempo y bombardeada de imágenes y terror que nunca nadie supo como comenzó todo.

Poco a poco comenzaron las tropas a dejar sus puntos de apoyo y volvieron a la tierra la cual con el pasar de los tiempos y de su disminuida cantidad de habitantes se transformo en el paraíso que nunca antes fue apoyado por la ciencia el planeta se repuso de todo los males que les habría ofrecido al hombre, un paraíso de convivencia ancestral. Más todos los bienes que le otorga la evolución al mundo. O por lo menos eso creían, llegaban desde todos los puntos de rastreo al ser enviada las orden oficiales de los gobernantes enviaron a todo las tripulaciones la orden de desalojar sus naves y dirigirse a la tierra. El festejo se hizo sentir desde Kurilintraba que aun no llegaba a la orbita de Júpiter, los resto de las granjas lunares, los artesanos marcianos desde sus cascadas infinitas produciendo energía y los cazadores de rayos de Venus. La ambición del hombre nunca tuvo límites, e instalo su humanidad mas allá de toda frontera conocida. No obstante le festejo no duro demasiado, ocurrió lo inevitable. Los hombres que nunca vieron las tierras más aya que en videos proyectados en las naves y aquellos que nunca habría visto el cielo se encontraron. Los Jesucristos del espacio y las razazas de gobernantes no congeniaron en un acurdo, que dejaría a la mayoría de los hombres fuera de la tierra por la eternidad.

Solo podrían volver aquellos hombres que nacieron en la tierra, solo aquellos que pertenecieran a los registros de los hombres nacidos vivos en la tierra, sin importar aquellos que fueron revividos o convertidos en autómatas cibernéticos que cumplen fusiones diversas. Lo único que se pediría seria la llegada con un certificado de nacimiento terrestre. La ignorancia de las poblaciones espaciales y de la expansión de la población en los sectores remotos llevaría a sectores tales como las lunas de Venus o las refinerías marcianas a no tener habitantes terrícolas en sus instalaciones. Sin embargo el sentimiento de volver o de visitar la tierra les motivaba a todos por igual.

A pesar de las protestas y de las paralizaciones de envió de recursos desde el exterior hacia la tierra, los gobernantes esta no cedieron ante las demandas. Apelando que al saber el numero de habitantes podrían llegar, temieron a que el planeta volviese a tener el final caótico que prometió y salvaguardo a la 1º era.

Esta presión desde todos los ángulos llevo a que por in-factibilidad de regresar Kurilintraba se focalizara en llegar e instalarse en la orbita correspondiente. Llevo esto a un revuelo sin precedente en la historia del Kaos a una masividad tal de alzados.

La tierra mando a buscar por la fuerza a todo aquel que cumpliese con la normativa. De los muchos solo pocos volvieron sin violencia, los otros fueron separados de sus familias que no podrían volver por haber nacidos en el espacio. Aquellos cuerpos arrojados al espacio sin documentación que fueron recogidos y transformados en autómatas, tampoco podrían volver. Sin más que negarlo. Las poblaciones volvieron a su curso. Pero la disputa por la tierra no terminaría ahí.

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