El viaje

El viaje

El tiempo transcurrió despacio y todos trabajaron para averiguar que había sucedido antes de ese momento.

La fuerzas se aunaron y el consejo delego a la hermandad o cofradía el trabajo de hacerse cargo de dichas tareas, los números de los pabellones crecían y los simbiontes se producían por mayor, los hijos de Kurilintraba pronto se duplicarían y al pasar de un año en Júpiter ya poseía millares de hombres trabajando en su superficie. Topo tiempo después Kurilintraba había aumentado su volumen con los laboratorios de recolección de información, cada vez que se descubría algo, se comunicaba al total de la población de Kurilintraba. Satélites en Urano y Saturno serian la meta, al pasar los años muchos viajes deslumbraron que veníamos de un planeta mitológico, el tercero del sistema, fue llamado. Los viajes fueron evocados a este, pero con el pasar de los viajes, ya nadie más deseaba ir. Pareciera que algo ocurría en dicho lugar, los hombre no volvían de ese planeta. Soruhüa decidiría enviar entonces a su mejor hombre, uno de esos que valientes que hacen las cosas, solo para si, de esos hombres que posee una meta en la vida y que nada los hará cambiar. Soruhüa presentaría antes al concejo a su más preciado discípulo del pabellón 90, 9013162150984040-7 era el mas capacitado diría él. En los combates 9013 demostraría una superioridad acabada del dominio de su simbionte, además durante la mutación de Kurilintraba sufrió una fusión a dos droides muy particulares. Cuando 9013 asegura, Soruhüa entro, fue un normal niño, aunque muy callado para el resto de los nuevos. A pesar de estar atormentado por alguna especie de tortura silenciosa, fue capaz de continuar su entrenamiento, y en las situaciones más extremas le vi generar un espectro con sus droides pegados a su espalda. Puedo garantizar que este chico regresar con nosotros. La negación del consejo no se dejaría sentir, un 984040 no podría ser un miembro del pabellón 90 menos con esas deformidades, tampoco permitimos que esto ocurra. Las discusiones entre Soruhüa y el consejo, se retiro con su muchacho, el cual no dejaba de tener esa mirada desconcertante.

Mire al consejo mientras podía escuchar como mis compañeros se titulaban y viajaban en el tiempo, yo tenia una misión en la tierra, yo recuerdo cosas que ellos no, se que el consejo oculta información, peor ellos temen que logre ocultar mis pensamiento entre mis simbiontes y así impedir que puedan escuchar lo que pienso. Veo sus caras y me irrita estar acá esperando, mi nave ya no puede viajar mas en le tiempo y después de la segunda era del Kaos estos, se apropiaron de la exclusividad de los viajes en el tiempo. Ser su siervo para viajar fue el único método que encontré para llegar a tu tiempo. Ahora solo tengo una posibilidad escabullirme y volver antes que se den cuenta de mi ausencia.

Pasaría mucho tiempo para que 9013 pudiera viajar en el tiempo, con permiso del consejo. Sus normas poseían un cierto rencor por parte de este, las cosas no le pareciera un tanto correcto. Y la imposibilidad de poseer un Orbe, le llevaría a uno de sus actos más humanos que habría podido llegar a convocar en Kurilintraba. Su viejo mentor le prometió hacerlos parte del consejo si volvía de la tierra. Para hacerlos legal ante el consejo dicho ofreció su puesto en el consejo, al primero que regresar con información desde el tercer planeta.